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Inteligentemente emocional…una nueva realidad.


Desde hace casi cien años se empezó a visualizar una posición diferente acerca de las consideraciones que se tenían de la inteligencia, siendo E.L Thorndike el primero en hablar de inteligencia social, y con ello se refería a las habilidades de comprender y motivar a otras personas. Luego D. Wechsler que fue de gran influencia para los test psicométricos quien describe que la inteligencia no solo estaba relacionada con lo intelectual, sino también existían otros factores no intelectuales que daban como resultado la “inteligencia” fue hasta las publicaciones tanto de Howard Gardner y Daniel Goleman que socialmente empieza a aceptarse que en efecto existen diferentes clasificaciones de la inteligencia, tanto antes como después de estos autores existieron otros que ya nos daban luces acerca de esta nueva forma de inteligencia.


Después de estos interesantes antecedentes veremos más a fondo y de forma práctica a que se refiere esto de la inteligencia emocional.


Según D. Goleman esta inteligencia hace referencia a la capacidad que tenemos para dirigirnos de forma efectiva a los demás y a nosotros mismos, además de la habilidad para conectar con nuestras verdaderas emociones, y gestionarlas eficazmente, al punto de auto-motivarnos, frenar los impulsos en los momentos requeridos, y vencer las frustraciones entre otros.



A partir de esta definición él explica que para comprender y lograr este enfoque debemos conocer y sobretodo practicar las dimensiones que propone para obtener un nivel adecuado de esta inteligencia:


  • La primera es la auto-conciencia, y se refiere a nuestra capacidad para entender lo que sentimos y de estar siempre conectados a nuestros valores, a nuestra esencia verdadera, esto quiere decir que existe en nosotros una buena I. Emocional, desde que hablamos con claridad acerca de quiénes somos, que nos gusta, que nos es desagradable, y aunque haya mucha presión en el medio en que nos movemos ya sea academica o laboralmente no dejamos de lado nuestras creencias y valores sino simplemente los adaptamos al contexto que nos encontramos.

  • La segunda está relacionada a la auto-motivación y la habilidad de orientarnos hacia nuestras metas, y superar los contratiempos, y aprender a gestionar el estrés, tal como lo he expresado en post anteriores, es necesario que aprendamos a querernos primero nosotros mismos, para luego amar a otros, además de cada situación negativa debemos siempre pensar en la lección que nos está dando y hacia donde nos orienta esa experiencia.

  • La tercera tiene que ver con la conciencia social y con nuestra capacidad empática, indudablemente al tener claridad sobre ella, y mi posición como ente social mi empatía fluirá con mayor facilidad, mientras que si es lo contrario en mi pensamiento, querré actividades o situaciones que no corresponden, y el click empático quizá nunca llegue a surgir y eso impedirá mi desarrollo emocional.

  • La cuarta se refiere a la habilidad para relacionarnos, comunicarnos, lograr acuerdos, conectar positiva y respetuosamente con los demás, esta última dimensión resume a mi juicio las otras dimensiones pues, aunque sea una mente brillante académicamente, si no puede relacionarse, comunicarse ni lograr acuerdos con otros seres humanos, se veré atado emocionalmente y esto hará que se frustre al no gozar de amistades o familia cercana, mientras que si es el contrario aunque académicamente no sea tan brillante, pero sabe cómo relacionarse con las personas, según D, Goleman, tendrá el 80% del éxito garantizado.

Ya para finalizar, tener un coeficiente intelectual alto es bueno, pero siempre será mejor si a esto le añade también lo emocional, esas conexiones que se logran con otros, esa alegría que usted desborda donde este, y ese amor por todo lo que rodea, siempre va a ser garante de una vida plena y feliz.


*Las imágenes provienen de pixabay.com

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