Comencé a perder mi identidad desde que era muy pequeña. Sobrenombres como “pelo de pasas”, “cucaracha”, “negra fea”, me impactaron grandemente pues apenas era una niña. Desde ese momento no me gustaba como me veía, la primera vez que me pasaron “blower” y me hicieron un alisado fue cuando estaba en segundo grado, son pocas las veces que recuerdo haber tenido mi cabello natural (rizado) suelto. De pensar que a esa edad ya sentía complejos de mi, me rompe el corazón.
Así fue como parte de mi baja autoestima comenzó, odiaba que el sol me diera. Cuando iba a la playa lo crean o no, entraba con sombrilla al mar. Empecé a identificarme como taína, siempre con el cabello lacio, compraba crema blanqueadora para la piel (más bien la cara). Aun así, no me sentía bien conmigo, no me sentía lo suficientemente bonita y más cuando la mayoría de las veces los que me hacían “bullying” eran chicos. Ya de adulta y en la universidad, en el 2011, me afeite la cabeza. Tenía mucho miedo y hasta vergüenza, pero de alguna manera u otra me sentí bien con lo que hice. Llegué a escuchar comentarios de mal gusto y a pesar de lo incómoda que me sentí al momento de escucharlo, ya al rato se me iba y seguía viviendo mi vida.
Como mencioné en mi columna anterior, viví cuatro años en Nueva York. Me mudé en junio de 2012, con mi cabello cortito pero alisado (pensando que lo iba a tener rizo, pero al no saber como cuidarlo, me rendí). A pesar de pasarme la plancha (como decimos en Puerto Rico), me sentía más a gusto con mi color de piel, la gran diversidad de personas que había en Nueva York hizo que cambiara mi perspectiva a quien yo era realmente. Las amigas que pude tener eran haitianas y africanas y me enamoré en la manera en que ellas se alababan con sobrenombres como: “chocolate queen”, “dark beauty”, entre otros. Fue en ese tiempo que comencé a reflexionar más y pensar en maneras positivas de amar quien soy.
No fue hasta el 2015 que me topé con un documental de afrolatinos y fue ahí que aprendí quién era realmente, comprendí que no tenía porque avergonzarme. Amo mi color de piel porque es mío, porque representa mi familia y mi historia. Ese mismo año entre a YouTube a buscar chicas con pelo natural y ver como se lo cuidaban, hasta que encontré a “Sunkissalba”, una chica que comenzó a dejar su cabello natural como en el 2012 y explicaba cada detalle del cabello rizo y hasta como vivir una vida orgánicamente. Nuevamente en el 2015 me recorte y desde ahí he ido paso a paso con mi cabello natural, pues como había mencionado anteriormente no sabía cómo cuidarlo, al sol de hoy sigo aprendiendo. Me autoproclamo afro boricua, como pueden ver hay una raza que resalta más que las otras y vivo orgullosamente negra.
La palabra negra ha sido muy marginada como si fuera algo menos, pero es una simple palabra. Lo queremos poner en diminutivo (“negrita”), pensando que así es menos ofensivo pero la palabra correcta es negra y no hay nada de malo con ella. Exhorto a todos ustedes a buscarse, a saber, quien realmente eres, que te gusta de verdad y como te quieres presentar hacía los demás. No digo que va a hacer de la noche a la mañana, pero hazlo, paso a paso, verás lo grande e increíble que eres. Por favor no vivas de las opiniones de los demás, como dijo Rihanna en su canción: Cheer “la gente va a hablar, aunque hagas las cosas bien o mal”, vive para ti y para hacerte feliz y verás como eso se proyectará para los demás. Búscate.
Hubiese amado que en casa me hubieran enseñado a ser más segura de mí, pero la sociedad ha dejado tantas cosas marcadas entre nosotros que a veces es difícil romper ese círculo, pero está en ti. Si tienen hijos, algún hermano/a menor o hasta le gente cercana a ti, muéstrale lo mucho que esa persona vale, lo importante que es. No hay nada mejor que estar rodeado de personas positivas y que se llenen de alegría los unos con los otros. Hazlo. Hasta la próxima.
*Fotografías propiedad de Searching for Lola!