No te justifiques
Este título lleva semanas rondando mi cabeza. Me ha hostigado a diario. No te justifiques… no te justifiques… como si fuera el estribillo de una canción, surgía de la nada. En el trabajo, lo escribí en un pos it y lo pegué en el borde del monitor.
Todo surgió el domingo que vi el documental Embrace (muy bueno, por cierto). Cada mujer que fue presentada, explicaba su historia y las experiencias que había vivido por no encajar en el estándar de belleza. Días antes, había surgido una polémica por las fotos en traje de baño de Adamari López. Muchos cibernautas despotricaron contra ella por no estar delgada. Más tarde, a raíz de las críticas, en el programa que ella anima, la actriz dio unas declaraciones y un médico explicó (justificó) el porqué López estaba sobrepeso. Dijo que ella era sobreviviente de cáncer, su edad, los medicamentos y otros factores. Ese día se encendió mi llama del coraje. ¿Realmente era necesario que Adamari, su esposo y un médico tuvieran que justificar las libras de más? Recalco: ¿era necesario? Por cierto, ¿con cuánta frecuencia escuchas a los hombres justificándose por su apariencia?
Lo que vi en Embrace, y sentí mucho coraje. Aunque comprendo que en el documental eran necesarias las explicaciones, esa también es nuestra realidad: vivimos justificando por qué somos así. Estamos prejuiciadas. Creemos que debemos explicar por qué nos vemos de tal o cual forma. Recuerdo una ocasión en la que un jefe me vio almorzando un plato de arroz, habichuelas, carne, aguacate y ensalada. Me dijo: Usted come mucho. A lo que respondí: sí, me gusta comer. Sin embargo, en otras ocasiones, me he visto justificando mis libras de más con frases como “es que soy indisciplinada” o “es que me gustan los dulces”. He observado miradas rara cuando me ven merendando frutas y saltó como un resorte a decir “es que estoy tratando de cambiar mi dieta”, entre otros comentarios o excusas. Es así como dejo al descubierto mis inseguridades. ¡Vaya trampa!
A falta de justificaciones, he visto otra tendencia por las redes: Me acepto como soy e hiperbolizo esa aceptación. Sigo a una joven que sueles hacer videos maquillándose. Es una chica muy talentosa. Ha tomado las críticas y se ha burlado de ellas, algo que es admirable. Pero el modo cómo lo hace es lo que me preocupa. En sus videos, se expresa más o menos así: “me quiero gorda y me voy a comer todo lo que encuentre para estar más gorda y verme mejor”, acto seguido, se come un trozo de pollo asado o usa un pedazo de pizza para marcar el contour. De primera impresión, sus publicaciones parecen muy jocosas; sin embargo, retomo la pregunta inicial: ¿es necesario? ¿Es necesario recalcar y exagerar para demostrar que no hay complejos o inseguridades? No lo es.
No soy psicóloga, pero creo (por experiencia propia) que cuando damos excusas o exageramos es porque algo no anda bien. En este caso, ese “no andar bien” se asocia con la exclusión constante a la que estamos siendo sometidas.
Es importante autoevaluarnos, identificar nuestras fortalezas y las cosas que debemos mejorar. Es muy duro, enfrentarse con uno mismo y buscar respuestas sobre por qué somos o actuamos de cierta manera. Pienso que es un proceso muy profundo e íntimo. Estar justificándonos, lo que provoca es que nos arraiguemos más a los que nos duele y permite que el que no nos acepta, nos lacera. Así que Guapa, no te justifiques que yo ya empecé a no hacerlo.
*Todas las imágenes contienen su respectivo enlace de donde se obtuvieron las mismas.