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Correr durante la menstruación


¿Será posible? Lo es… Sin embargo, yo también pensaba que no se podía. Cuando corría sin prestarle mucha atención a mi cuerpo, al llegar el periodo, no iba al parque. En los primeros días, cuando el dolor se apoderaba de mis entrañas, me quedaba en la cama acostada en posición fetal o sentada en el inodoro, esperando que alguna fuerza divina, acelerará el efecto de la pastilla que me acababa de tomar. Los días siguientes, la excusa era el flujo menstrual: "mucho", "se me manchara la ropa", "no me gusta usar tampones", "la toalla sanitaria se moverá", entre otras creativas justificaciones.

Hasta que una hermosa mañana sabatina del verano pasado, mientras entrenaba para el Lola Challenge, debía correr 7 millas. La noche anterior la había pasado retorciéndome de dolor. Por eso, no desperté lo suficientemente temprano como para encontrarme con el grupo y correr con el rocío de amanecer sin el azote matutino de sol. ¡Muy poético, verdad! Salí de la cama encorvada a las siete de la mañana y decidí que la menstruación no sería obstáculo para cumplir mi encomienda. Llegué al parque; ya no estaba el rocío de la mañana; en su lugar, una invisible y pegajosa humedad. No quedaba ni rastro del fresco amanecer. Los rayos de sol pronosticaban un día soleadísimo. Mis ovarios latían, como festejando aquel clima tan perfecto.

Corrí. Sentí cada rebote de mis ovarios en cada choque de mis tenis contra la brea. En la milla 3, paré. Pensé no seguir. Al detenerme, me di cuenta de que ya mis ovarios no dolían tanto (o entre los latidos de mi corazón y la respiración agitada no percibía dolor). Arranqué nuevamente. Terminé las 7 millas. Juré que me arrastraría hasta mi guagua, pero no fue así: llegué, conduje. En casa, inferí, que después de bañarme, dormiría; tampoco. Me vestí y tuve un día muy activo. Esta semana se repitió: ovarios danzantes, dolor, tenis, pista, calor y millas.


Consulté con mis amigas corredoras, sobre sus experiencias con la menstruación. Las tres coincidieron en que el periodo no es excusa para correr y que después de hacerlo se sienten mejor. Además, señalaron que entre las toallas sanitarias y los tampones, prefieren los segundos (y pantalones oscuros, por si acaso).

Pero ¡ojo! Aunque para mis amigas y para mí, la experiencia ha sido positiva, debo ser responsable y exhortar a mis lectoras a visitar a su médico antes de comenzar a ejercitarte o si observas algo fuera de lo normal. Cada cuerpo es distinto y por ende, cada ciclo menstrual también lo es. Debemos considerar cómo funciona nuestro cuerpo no solo durante esos días del mes, sino siempre.

En la Foto: Paula Radclife - Maratonista

Chicas, la menstruación ha sido un tabú en nuestra sociedad. Las corredoras profesionales no han estado están exentas de sufrir por la desinformación de dicho tabú. Paula Radclife, maratonista olímpica, ha señalado que hace falta mucha investigación sobre el tema [i]. Por otro lado, una de las escenas más criticadas fue la llegada de Uta Pippig a la meta del maratón de Boston en 1996, mientras la sangre le corría por las piernas. En 2011, el Houston Press catalogó este momento como una de las cinco fotografías más desagradables tomadas en un maratón[ii].

En la Foto: Utta Pippig - Maratonista

Por esto, cada actividad que hagamos que rete los estereotipos o las falacias sobre nosotras y nuestro cuerpo es un paso hacia adelante para nosotras mismas y por nosotras. Así que deja los miedos, rompe con el tabú, oriéntate; y haz del correr, tu aliado de la menstruación.


*Todas las imágenes contienen su respectivo enlace de donde se obtuvieron las mismas.

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