La felicidad en el matrimonio no surge espontáneamente. Un matrimonio saludable es lo que toda mujer que quiere casarse desea tener, aun estando ya casadas, anhelamos tener un matrimonio en el cual amemos a nuestros esposos y sentir que ellos nos aman también, pero esto implica esfuerzo y dedicación.
Es cierto que para que un matrimonio sea duradero y saludable, ambos deben trabajar en eso, ambos deben añadirles "todo lo bueno" que sea posible para mantenerlo. Me atrevería a decir, que por eso encontramos en Filipenses 4:8 se habla sobre todo lo bueno, para que nos centráramos en esas cosas que agradan a Dios y que nos permitirían tener buenas relaciones. Considero que es necesario aparte de pensar en ello, llevarlo a la práctica diaria en nuestras vidas.
Y para eso alguien debe dar el primer paso, en este caso, ¿porque no ser tú? Si nos decidimos a demostrar todo nuestro amor en nuestra relación, podremos notar muchos cambios que beneficiaran lo que nos rodea, empezando por nosotras mismas, luego esposos, hogar, hijos, trabajo...
Siempre digo: no solo es amar, es demostrarlo. Algo que me ha ayudado en mi matrimonio, son los buenos hábitos los cuales le suman virtudes a nuestra relación como esposos, hablo de esos pequeños detalles que son más importantes de lo que imaginamos y que definitivamente son capaces de cambiar para bien las cosas, los ambientes y los estados de ánimo.
Aquí les comparto algunos consejos para mejorar en la relación matrimonial:
Perdonarse. El perdón es la base para un matrimonio sana y duradero.
Aceptar las diferencias que cada uno tiene. Son personas diferentes que se complementan.
Mostrar interés por los gustos de tu pareja. Comparte con tu esposo aquellas cosas que el disfruta y viceversa.
Fomentar la comunicación. Es ideal el hábito de conversar antes de dormir.
Coquetearse con miradas y sonrisas. Mantengan siempre los gestos de romance.
Consentirse y ser cariñosos. No permitan que la rutina los absorba.
Aprender a escucharse. La persona que está a tu lado tiene un punto de vista válido.
Fomente y valore los pequeños detalles. Preparen juntos el desayuno, escriban notas de amor, díganse cumplidos y piropos.
Busquen tiempo para compartir solos. Dejen los niños en casa y salgan a un lugar distinto.
Siempre díganse cuanto se aman. Nunca lo den por sobreentendido es necesario escucharlo y demostrarlo.
En momentos de tensión enojo y estrés CALLA. Deja que la explosión de tus emociones pase, piensa y reflexiona sobre lo ocurrido y pide conversar como personas adultas y maduras. No des entrada a los gritos y las ofensas.
¡Estas Son Algunas De Las Cosas Que Harán La Diferencia En Tu Matrimonio!
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