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PERDONA Y CRECE… - 1er Blog de El Salvador


Retomando la idea de Noviembre y su relación cercana en la tradición mesoamericana a la muerte pensé en escribir en relación al perdón y nuestro crecimiento interior, pues no puede existir el uno sin el otro, es entonces el perdón el morir a nuestros dolores internos, a esas tristezas profundas que poco a poco matan nuestra vida emocional.


A veces enfrascarse en una decisión sin marcha atrás deja una sensación de vacío que poco a poco debilita nuestro ser interior, psicológicamente se conoce que no otorgar perdón a si mismo y/o a otros causas estragos a lo largo del tiempo en el diario vivir.


Imaginemos por un momento la posibilidad de morir hoy, ¿habrá valido la pena el no volver a hablar con esa persona?, o ¿no haber expresado el dolor que me causaba una situación que por alguna razón me sucedió? Y en ambos casos esto me imposibilito el disfrutar de mi vida a plenitud, ¿que logre con ello?, y si hoy fuese ese último día de mi vida, de que me perdí, porque no viví más, porque no crecí interiormente, o porque no ame de nuevo; si las respuestas a estas interrogantes han sido: porque no te he o los he perdonado o yo misma no me perdono, replantéate de nuevo, no por qué aun no lo has hecho, sino que tanto has ganado emocionalmente al no hacerlo, ¿ha valido la pena no perdonar a quien o quienes nos han dañado?


Quizás hoy te encuentres con muchos malestares físicos que solo están calmados con medicamentos, el perdón es una de las cargas más pesadas que le damos a todo nuestro aparato psíquico, quizás exagere un poco pero visualizo, al que no perdona como un ser humano que de forma invisible carga una enorme piedra entre su cabeza y espalda que le hace cada día sentir todo más pesado, una carga agotadora y desgastante que no hace más que impedir ver el mundo de colores maravillosos que existe alrededor.


Dirán algunos, no es fácil, no sé si podre de hecho así es, un camino difícil; pero les invito a que lo intenten recorrer por ustedes mismos sobretodo y no tanto por las otras personas pues sea cual sea el caso es mejor decir…TE PERDONO:


  • Pero mi vida seguirá contigo o sin ti, y será mejor.

  • Aunque nunca más te volveré a ver, donde te encuentres recibe mi perdón.

  • A pesar del daño que me hiciste, yo viviré feliz.


Si nos detenemos a pensar como le digo algo así a quien por ejemplo: ha abusado de mi sexual, física o psicológicamente, me ha traicionado, o/a asesinado a un ser querido…sé que no será nada fácil pero valdrá la pena intentarlo, las veces que sea necesario.


Existirán miles de situaciones que nos han hecho o harán decir TE o LOS ODIO, JAMAS TE O LOS PERDONARE…, reflexionemos por un momento… crees que ¿esas personas están sufriendo por lo que te hicieron a ti? quizás la respuesta sea un NO pues es tan fácil dañar y no percatarse, o que tal si es una persona trastornada, ni siquiera le importa lo que hizo, y tu aun sufres y pasas horas pensando en lo mismo, te enfermas, y dejas de vivir esta vida tan maravillosa que tienes y te dedicas a soportar nada más el dolor de esta carga, lo que te pido sé por experiencia propia que no es fácil, pero es garantizado que al experimentarlo la forma de ver el mundo cambia, todo se vuelve más liviano y hasta más fácil de comprender, no te prometo mundos de color rosa, pero si sabrás apreciar múltiples colores que le darán el mejor sentido a ese arcoíris que forma nuestra vida.


Retomando algunas investigaciones recientes que leí citare a Everett Worthington, profesor de psicología de Virginia Commonwealth, coautor en uno de los estudios acerca de los efectos del perdón, este manifiesta que la acción de perdonar restaura la salud porque la hostilidad y el resentimiento, que se acumulan por ello, crea emociones muy negativas para la salud, y estas permanecen cuando el perdón no se otorga… “La salud mental se afecta a través de la continua vivencia de los hechos, es decir, de reproducir los pensamientos negativos y la rabia” que surgen a raíz del suceso, agrega Worthington.

¿Qué hacer, si aún no hemos perdonado?

  • Inicia perdonándote a ti misma, lo que haya sucedido no debes cargar con ello, pues en algunas ocasiones hemos sido víctimas de situaciones inesperadas.

  • Perdona poco a poco, sin prisas o angustias, a manera que cuando recuerdes el suceso este sea menos doloroso.

  • Recuerda que no es necesario hacerlo de manera física, a veces a quienes debemos perdonar ya no están entre nosotros o es imposible verles frente a frente, por lo tanto puedes hacerlo de manera simbólica.

  • Por ultimo si crees que no puedes hacerlo sola, busca ayuda profesional esto servirá de mucho y sobretodo tu salud te lo agradecerá.


Y nunca olvides que debes amarte, a pesar de todo lo que suceda a tu alrededor, no te culpes, no te abandones, al contrario, vive, disfruta y se feliz que ese es tu primera y más importante misión en este mundo.


¡Hasta la próxima!


Psic. Jacquelinne C. Rivera Ochoa.


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