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¿Quién manda a quién?


Últimamente he estado observando el comportamiento de algunos niños que, a pesar de su corta edad, ejercen poder y dominio hacia sus padres o cuidadores, a tal punto que estos los dejan hacer literalmente lo que quieran, pues no tienen formas o maneras de controlarles, y se limitan a decir con voz pasiva, frases como la siguiente: Niño eso no se hace, o ya verás te voy a castigar, o aún más simple como niño no moleste, pero parece ser inútil arma ante el berrinche o pataleta del niño, y esto nos hace pensar en ¿quién manda a quién?, y que consecuencia puede tener esto a largo plazo, pues bien, existen algunos estudios que lo relacionan más con el estilo de crianza de tipo permisivo y negligente y el establecimiento de límites en el ámbito familiar.



Considero que ambos factores son importantes para que esta situación se genere, por lo tanto debemos empezar a comprender y corregir tanto el estilo como el establecimiento de límites desde edades tempranas para evitar estas escenas, que nos estresan, incomodan y que si las seguimos permitiendo nos fomentan la base para problemas aún más complicados como el desarrollo del trastorno negativista desafiante, rivalidad entre hermanos, niños tiranos, entre otros, que perjudican grandemente el desarrollo emocional.


Para ir aclarando los puntos inicio con describir en qué consisten los estilos de crianza, y luego a que se refiere el establecimiento de límites en la familia:


Estilo de tipo permisivo


Se presenta cuando los padres ejercen un control evidentemente relajado y exceso de disposición para cubrir cualquier tipo de necesidad que presenten los niños, incluyendo acciones constantes para evitar el berrinche o la pataleta, basta con un pequeño intento de parte del menor de hacer una rabieta, y es complacido casi de inmediato, difícilmente existe en el trato hacia el menor la palabra, NO.


Estilo de tipo negligente


Este se da cuando los padres ejercen un control también relajado, pero con casi nula reciprocidad y afecto, hacia los niños, por lo general son bastante desatendidos al punto de no brindarles presencia física o emocional, en algunos casos delegan su crianza a familiares, vecinos, o amigos, a instituciones escolares, o cualquiera que pueda hacerse cargo de ellos.


Al estar rodeados los niños de estos ambientes, es muy probable que la única forma que tengan de ser escuchados o atendidos es a través de las escenas de berrinche, pataletas o el hacer cualquier tipo de travesura, además de ser posiblemente el único tipo de comportamiento que conocen y que no ha sido modificado por el entorno.


Establecimiento de limites


Esto hace referencia, al hecho de que es en casa donde se debe establecer las bases para la adecuada socialización del niño, y si estas no están claras el niño no tendrá conocimiento de cuál es el comportamiento adecuado al momento de estar en casa o fuera de ella.


Por lo tanto, es necesario si nos hemos identificado con los estilos de crianza, y reconocemos que no existe límites claros en casa, sepamos cómo ir paso a paso mejorando las situaciones con los pequeños de casa.


Para ello les dejo un listado general de situaciones que nos podrán ayudar a manejar y evitar estas situaciones que no son gratas para ninguna de las partes.

  • Cambia tu estilo de crianza, no tienes por qué apegarte a uno solo, y no es válido que digas a mi así me criaron, solo recuerda que si decidiste ser padre es para mejorar la generación que te ha correspondido criar, ser tan permisivo o negligente trae consecuencias negativas que terminaran afectando no solo al menor, sino que a la familia completa, intenta empezar a dar órdenes mantente firme en las decisiones y recuerda si castigas debe ser acorde a la edad del menor, y con cuestiones que no impliquen algo físico extenuante.

  • Aprende a establecer límites desde temprano, y para ello ten en cuenta que deben ser siempre realistas, acordes a la edad que tienen, eso indica que deben ser flexibles también, además de muy claras y sobretodo constante, no solo de ocasión, pues toma en cuenta que estamos tratando de generar en el niño un habito, para que estando o no tu presente se comporte de la manera más adecuada.

  • Y por último no olviden, deben ser pacientes, comunicativos, cariñosos, asertivos y flexibles, pues esta generación necesita de esta disposición nuestra para comprender mejor el ritmo de vida tan exprés y agitado al que deberán enfrentarse.

*Imagenes de pixabay.com

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