A pesar del tiempo y todos los cambios estructurales que ha tenido la sociedad, es difícil hablar del divorcio o la separación de las parejas, pues existe aún muchos cuestionamientos a tal decisión, muchos para evitarse este momento deciden a pesar de todo seguir juntos, aunque ya el amor se haya extinguido, creando entre ellos un ambiente hostil, estresante y obviamente insano para ellos y para la familia en general.
Al igual que casarse, divorciarse es una de las grandes decisiones de la vida y debe ser tomada con mucha calma y serenidad, habiendo agotado hasta la última instancia en la relación, para su mejora, pues es un proceso que no solo envuelve a la pareja sino también a la descendencia que se tenga, siendo estos últimos en ocasiones los más afectados, debido a que no se les toma en cuenta o se les comunica de manera adecuada la noticia de la separación.
Al analizar todo lo anterior surge la pregunta de ¿Cuánto nos debemos divorciar o separar? esta pregunta tiene múltiples respuestas, pues cada pareja experimenta situaciones diferentes que a lo largo de su unión ha dejado huella de forma distinta en cada uno de sus miembros, por lo tanto, pueda que al inicio una de las partes no esté de acuerdo o no acepte la idea de la separación.
Una opción inicialmente es asistir a terapia psicológica para tomar la decisión de una manera más adecuada, si no deciden hacerlo así, debe de analizarse que tanto les está afectando en su salud mental la relación que tienen como pareja, tanto a ustedes como a sus hijos, otra cuestión importante es que si ha decido iniciar una relación extra marital, y es ese descubrimiento es lo que les ha llevado a divorciarse de sus parejas actuales, deben estar conscientes de lo que sienten por la otra persona, y que no sea algo transitorio o experiencial, como para dejar la opción del regreso con su pareja actual, pues no es justo que cuando ya estén equilibrándose de nuevo como familia, él o la que se fue decida regresar sin inconveniente pues esto afecta la convivencia familiar, creando un ambiente de inestabilidad emocional, que terminará afectándoles nuevamente.
También otro factor que debe considerarse es el hecho de aceptar que si se ha creado un ambiente tóxico por las razones que sea, lo más sano es separarse, pues es más fácil enfrentarse a la crítica social, que a la destrucción personal.
Aunque sea doloroso al principio y muchos cuestionen la separación, a veces es el mejor camino para vivir con la armonía que se espera tenga ese lugar llamado hogar.
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