Imperfección, es una palabra que rápido nos lleva al pensamiento de algo que es feo o que no agrada. La verdad es que las imperfecciones se ven en todos lados y en todas partes. El ser humano hace más énfasis a las imperfecciones de este, haciendo alusión de cómo debería ser el ser humano perfecto estéticamente hablando. Lo vemos en donde quiera, cuerpos perfectos y bellos que más bien se ven así por el “Photoshop”. Cremas para las estrías, cremas para la celulitis, para acné, arrugas, manchas entre otros. Todos esto nos crea un complejo de que si tenemos alguna o varias de estas imperfecciones debemos mejorarlas para lucir perfectos. El hecho de que los modelos que promocionan muchas marcas ya sea de ropa, zapatos, bebidas entre otros, se vean perfectos, es para promover que odiemos esas imperfecciones y hagamos consumo de productos que quizás ni funcionan. Pero el afán que nos crea la sociedad de vernos perfectas/os es terrible.
Cuando pienso en todos los sacrificios que los hombres y las mujeres hacemos por vernos bellas y musculosos, en el caso de los hombres, me digo a mi misma si valdrá la pena. Mi intención en este momento no es decirle que si hacen ejercicios o utilizas algunos remedios de belleza lo dejen de hacer. Entiendo que uno puede mejorar algunas cosas en la apariencia de uno, pero al extremo de no quererte y detestar esas imperfecciones creo que no es lo correcto. Yo soy una chica plus y la realidad es que desde que comencé a crecer, las estrías, celulitis y otras imperfecciones fueron inminente. Al principio cuando miraba mis imperfecciones me entristecía y no me gustaba para nada mi cuerpo. Odiaba esas partes de mi cuerpo que no lucían perfectas como las mujeres que salían en la televisión o en foto de propagandas. Ver esas mujeres con cuerpo perfectos y pieles sedosas sin celulitis ni estrías me hacían sentir muy imperfecta. A veces me da mucho coraje pensar que en todo ese tiempo que me sentía mal conmigo misma y mal con mis imperfecciones por todas esas mujeres que lucían perfectas y quizás eran perfectas por el conocido “Photoshop”. Pero no se trataba de ellas sino de trabajar conmigo y aprender a aceptarme.
Mi cuerpo estuvo cubierto por mucho tiempo y escondido detrás de muchos complejos y de un momento a otro todo cambio. Cambio cuando me mire con amor y mire mis estrías como parte de mi crecimiento y desarrollo en la vida. La celulitis está ahí, pero es un reto cada día hacerla desaparecer, pero de una manera sana porque es lo que me dirá que estoy cuidando de mí. Mientras tanto si está ahí, amare mi celulitis porque es parte de mi cuerpo y mi cuerpo es mi templo. Así que ya no me importa que se vea mis imperfecciones pues aprendí a amarlas y hacerlas parte de mí. Nosotros los seres humanos debemos entender que hay mucha diversidad en este mundo y que nadie es perfecto y todos poseemos imperfecciones que debemos aprender a amar.
Hoy te digo a ti que me lees amate a un 100%. Ama cada estría, celulitis, cada imperfección, no importando si eres alta o delgada, de baja estatura o una chica plus. Acepta cada parte de ti y mira tus imperfecciones y diles que son parte de tu belleza exótica. Cada ser humano es único y especial y cada imperfección nos hace únicos al igual que cada virtud nos hace especiales. Antes de salir cada mañana acepta quien eres y solo se tú, con tus virtudes e imperfecciones. No tengamos miedo de mostrar nuestras imperfecciones en la playa, que es en dónde más podríamos exhibirlas. Así que ámate como eres, es importante para ser feliz. Recuerda que en este momento es tu vida la que está corriendo y no dejaras de vivirla por esas imperfecciones. Les deseo lo mejor siempre y en este caso, amor para cada imperfección.
¡Hasta la próxima!
*Las fotos contienen su respectivo enlace de donde se obtuvieron las mismas.