top of page
Recent Posts
Featured Posts

¿Madurar duele?

Estoy un poco confundida, sepan disculpar mi inquietud, ¿a qué edad se empieza uno a sentirse viejo? O mejor dicho, ¿a qué edad ya se es viejo? Veo, más bien escucho, que muchas personas (sobre todo jóvenes) hablan mucho de la vejez. Al principio, lo creí metafórico o exagerando la situación, de hecho yo misma juego con eso y tengo 32 años, pero luego empecé a notar que el “estoy vieja para eso…” o “estoy viejo para aquello”, era más fuerte y con otra connotación. Aquella, que observo, parece en serio, realmente se creen viejos. Ojo, puede que me equivoque y este dramatizando, eso espero. Aunque me temo que no. “Alguien” está inculcando que a las 21 ya se ¡es viejo!

Antes que nada, creo que vale aclarar que soy de Argentina (por si alguien no sabe) y que habló de lo que percibo por aquí (no sabría decir si es lo mismo en otros países). Además quisiera comentar sobre mi tono. Que tiene una parte quejosa e incluso de indignación, que no derivada del enojo o la ira contra los susodichos, quizás eso debería ser dirigido a aquellos que meten ideas “locas” en la cabeza de la población en general. Y otra parte de preocupación, por la distorsión que se está generando, ya que pensarse viejo denota otra cosa. ¿Qué anda pasando que los chic@s con 26 vienen y dicen “pero eso lo hacía cuando era joven, ya no puedo”? Entiendo que uno se siente con cierta madurez, que tener 15 no es lo mismo que 30, que a “cierta edad” uno ya toma otras decisiones, que se siente diferente, pero ¿¿¿VIEJO??? ¡Oigan! Le están errando el camino. Lamentablemente hoy en día está asociado a lo feo, a lo inútil, quizás lo triste, a lo antiguo y pasado de moda, y a otras, siempre con tintes negativos, pero no necesariamente tiene que ser así.

Creo que una forma de relajarnos al respecto es definir ciertos conceptos, saber a qué nos referimos cuando utilizamos algunas palabras ayuda a usarlas mejor. También a reconocernos, a ser conscientes de las etapas que estamos viviendo y que “crecer” no tiene que ser una tortura. Empecemos por viejo, básicamente significa algo o alguien de avanzada edad y que transita su último período de vida. Se empareja con “envejecimiento”, que es “el conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos, que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas, así como de la capacidad de respuesta a los agentes lesivos (noxas) que inciden en el individuo” (1), haciendo referencia a la adaptación al medio y/o contexto que nos rodea. Seguimos con madurez, la Real Academia Española nos da tres acepciones, de las cuales, con dos nos bastaría en este caso. Primeramente, es el juicio prudente o sensato; y segundo, la edad de un individuo que disfruta plenamente de sus capacidades y que todavía no alcanzó la ancianidad (o vejez). Desde lo psicológico (2), podemos decir que no existe una determinada edad que establezca el inicio de la ésta (o maduración), con lo cual la detectamos por actitudes y conductas concretas, un pensamiento más crítico, juicioso y razonable, se aceptan las críticas y las consecuencias de los actos, se es responsable, entre otras cosas. Son cambios que se dan por un proceso, siendo el tiempo parte de él, pero no lo único, y así como se dan, también pueden ser parciales y no afectar al total de nuestra personalidad, de hecho no es la idea, sino mejorar.


Eso quiere decir que hay mucho tiempo por delante, estamos en tiempos en que la calidad de vida y la longevidad es más extensa. ¿Y sabías qué? La “juventud” se lleva en el interior y luego se exterioriza (conjuntamente un cuerpo “saludable” ayuda). El desgaste físico no pasa sólo por los años, una mentalidad fresca no se mide cronológicamente. Qué hacer con tu tiempo, o incluso con vos mismo, es tu decisión y tu sentir. Quizás sientas que tu cuerpo es distinto, es lógico, es parte de crecer, pero eso no significa que debas echarte en el sofá o dejar de hacer lo que te gusta sólo porque “estás grande”. Tampoco significa que hay que descontrolarse, sólo significa que a más “edad” uno puede elegir mejor y de manera más sabia, y que esas elecciones te hagan sentir bien, cómodo y, por sobre todo, feliz. Suena trillado, pero no es la edad que se tiene sino la que sentís. Además (pequeñísimo detalle) de que es TU cuerpo, TU mente y TU felicidad. Que los otros digan lo que quieran, siempre van a hablar. El tema es como te influya y de quién viene, lamentablemente no podemos evitar percibir ciertas cosas, pero si podemos DECIDIR qué hacer con esa información y DECIDIR con quién rodearnos. Al mundo se lo entiende desde la subjetividad, no hay que ser egoístas, pero tampoco complacientes. ¿Quién dice que estás viejo? ¿Ellos o vos? Y si sos vos, ¿por qué? ¿qué criterios tienes para decirlos? Esos criterios, ¿qué validez tienen? Y (quizás lo que más vale), ¿que importa más la opinión propia o ajena?

La vejez como mecanismo biológico es inevitable, imposible de sortear, pero uno decide como la vive. A veces no es ponerse viejo, sino crecer y madurar. Hay que dejar de lamentarse por estar viejo y que eso me impide cosas (más si en realidad no es así). Hay que alegrarse y disfrutar de lo que uno gana con ser más grande y más maduro, que no excluye conductas o situaciones que uno “hace de joven” o que nos haga FELICES. Aprendamos a aceptar ese cambio con soltura, con cariño, que no nos preocupe y que nos ocupe de lo importante: NOSOTROS MISMOS. Y por decantación, vendrá lo demás. Nunca es tarde para nada, peor es que no pase nunca, y es a eso a lo que realmente hay que temer (creo yo ¿y vos?).

Referencias bibliográficas:

Fotos: Cuando clickeen sobre las imágenes este los redirigirá a la página donde se obtuvieron las mismas.

Archive
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook
  • Instagram
  • Twitter
bottom of page