Según el diccionario, perdonar es olvidar la falta que ha cometido otra persona contra ella o contra otros y no guardarle rencor ni castigarla, o no tener en cuenta una deuda.
Por experiencia sé que las personas casadas tienen también desacuerdos,roces, malentendidos, enojos, frustraciones. Todas estas cosas pasan, son dos personas con caracteres y emociones diferentes no siempre pensaran o sentirán igual, son dos personas que necesitan aprender a tolerar los defectos de cada cual.
Sin embargo mi intención con este post es motivar, incentivar la acción de perdonarse uno al otro. En particular, perdonarse entre esposos es necesario para que un matrimonio sea sano. Es cierto que las ofensas por parte de alguien que amas hieren mucho y duelen pero es necesario que perdonemos aunque estas cosas pasen.
Primero, porque debemos entender que las personas fallan, cometen errores, no son perfectas y segundo, porque es un mandato de Dios, así como Él nos perdonó a través de Jesucristo, así debemos hacer nosotros.
Perdonar es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos, pues contrario a lo que otros puedan decir, nosotros somos los más beneficiados. Si no perdonamos siempre viviremos heridos, ofendidos cargados... y merecemos vivir LIBRES de resentimientos.
A veces los matrimonios enfrentan situaciones específicas y no se entiende que tal vez en el pasado o la niñez de alguno de los miembros, hubo algún problema que ahora afecta la vida de adulto, pero es esa una buena oportunidad, para escucharse, ayudarse, convertirse en mejores amigos y juntos reconocer la falla y buscar ayuda.
No imaginamos el poder restaurador del perdón, cuántas cosas pueden cambiar en nuestros matrimonios si perdonamos a nuestras parejas. Es importante que sepas que perdonar no es humillarte, perdonar es amar por encima de todo, es comprender, es mirar de frente y seguir adelante, es liberar tu corazón.
Ponte por un momento a pensar en esto, Dios no nos ha pagado como merecemos, merecíamos morir por nuestros pecados, sin embargo Él nos miró con compasión y con amor, dándonos la oportunidad de ser mejores personas a través de Cristo y de volver a empezar. El no puso condiciones para perdonarnos, su perdón está ahí por lo tanto a la hora de perdonar no juzgues ni pongas condiciones.
"No juzguéis, y no seréis juzgados, no condeneis y no seréis condenados, perdonad, y seréis perdonados". Lucas 6:37
Es cierto que cuando estamos dolidos es fuerte y difícil perdonar, pero también es cierto
que es el principio de nuestra sanidad como personas, de la sanidad de nuestros matrimonios y de nuestros hogares.
¡Elige Perdonar!
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