La cuestión “imagen” aunque parezca no es sólo femenina, ELLOS también lo “sufren”. El tema de la imagen corporal cada vez preocupa más y, a veces, hasta obsesiona a la platea masculina. Como se ven a sí mismos es decisivo para ellos, influye en su desarrollo y en el éxito o fracaso de sus vidas. Como con las mujeres, la creación de ideales lejos de la realidad está a la orden del día; y tanto la industria de la moda como del entretenimiento manipula y afecta dicha percepción. A los hombres se los motiva a un “cuerpo perfecto”, a cuerpos atléticos y prolijos, resultando en un cambio de comportamiento pero que a la vista de todos parece bueno ya que son conductas socialmente aceptadas, por ejemplo hacer ejercicio. El problema viene cuando eso se convierte en algo compulsivo o compensatorio, esa visión, muchas veces distorsionada, puede resultar claramente de forma negativa.
Ahora bien, en mi país al menos (Argentina) hay un doble discurso: hay que lograr ese cuerpo perfecto, pero no a costa de perder la hombría. La mayoría actúa como si no le importará, como si “me pongo cualquier cosa, no importa, soy hombre, esas cosas no me interesan”, pero en realidad genera frustración, sobre todo si se es un hombre de tallas grandes porque la ridiculización del físico, la imposición del auto-odio y la falta de variedad de modelos masculinos más identificatorios los afectan también. Esto se da, ya que los cánones de belleza, la concepción de lo masculino y las expectativas respecto de los roles de género han cambiado. Altos estándares de belleza exigentes y una presión social que cada vez se torna más intensa, generan acciones poco saludables. Desde modificaciones en la alimentación/nutrición insanos hasta los más diversos métodos, pasando por distintos problemas psicológicos hacen de la rutina para lograr eso que tanto se anhela: el físico perfecto. Así como la lupa está puesta en las mujeres, los hombres no están exentos y está más que claro que hay que tomárselo con seriedad.
Sin embargo, también es cierto que las publicidades y/o productos “masculinos” no se esfuerzan para captar, dirigirse o mostrar todos los tipos de hombres, los modelos de tallas grandes no llegan a las revistas ni a las campañas, como lo están haciendo las mujeres, pero los hay y es necesario abrir el debate y el camino para que la presencia de “estos hombres” y el pensamiento positivo acerca de sus cuerpos cada vez se haga más fuerte. Es imperioso que se acepten y logren sentirse orgulloso consigo mismo. La idea es nunca perder la identidad que es lo que proporcionará el placer de disfrutar de una buena imagen acorde a sí mimo y el entorno. No todo es un “cuerpo bonito”, al fin y al cabo lo que interesa es lo que uno puede dar como ser humano, lo importante es cultivar la mente y el espíritu, y ser mejor personas para uno y los demás. Nadie dice que es fácil pero todos debemos ser abiertos a la hora de compartir las preocupaciones y miedos que resultan de esto, es la mejor manera para encararlo.
Hay que estar atentos a las alarmas, pero además observar detenidamente como se aborda el tema, puesto que la mayoría de la información educativa se orienta a las mujeres y hay que acompañar estos cambios con conciencia. Hay que aceptar que a los hombres también los afecta la mirada del otro y con ello su percepción. Repito una vez más, hay que promover la diversidad.